El Hygge (pronunciado “hu ga”) es un movimiento que nació en Dinamarca, se fue extendiendo al resto de los países nórdicos y tiene que ver con crear ambientes acogedores, que prometen hacer más felices a las personas. Nació en climas fríos y por eso, parece ideal para aplicarlo en el sur de Chile.
Hygge es algo así como conseguir una sensación de bienestar y confort absoluto. Y si bien tiene que ver con la actitud, ayuda mucho rodearse de atmósferas cálidas, relajadas y tranquilas.
Imagina una tarde de domingo frente al fuego, con luz tenue y tomando un chocolate caliente. Agrégale un sofá confortable, cojines bien mullidos y una mantita tejida.
Concretamente, el estilo hygge se caracteriza por usar textiles lisos -más que estampados-, de fibras naturales y agradables al tacto. También por aprovechar la iluminación natural; y si es artificial, con luz indirecta a través de apliqués de pared o pequeñas lámparas de mesa. La madera, en muebles, adornos y otros, es también una gran aliada para sumar calidez al ambiente.
Hygge usa colores neutros como grises claros, cafés, cremas, pasteles y blancos, que son los que contribuyen a crear un ambiente de armonía y paz. Y utiliza elementos de decoración sencillos y no recargados, por lo que es más bien minimalista. Ideal que sean objetos que transmitan buena vibra: un mueble heredado, un diseño vintage o fotografías de vacaciones. Decora al estilo hygge y disfruta tu casa en el sur de Chile, en una atmósfera cálida, acogedora y relajante.
