Es sabido que las personas que viven en el sur de Chile son cálidas, amables, sencillas y cariñosas. Tal vez sea porque llevan un estilo de vida más relajado y calmado, sin el estrés propio de las grandes ciudades, donde prima el individualismo y un ritmo ajetreado.
En el sur también hay menos habitantes por lo tanto es normal encontrarse con conocidos, vecinos o amigos. En general la actitud de las personas también es otra: son más sociables, cercanas y siempre dispuestas a ayudar.
El clima también, invita a la gente a ser más hogareña. También suele haber más tiempo para descansar o compartir con la familia. Es normal que inviten a la casa para agasajarte con alguna comida típica del sur o un pan amasado. Siempre te recibirán con una sonrisa y compartirán contigo sus historias y vivencias.
También puede influir que las personas que viven en contacto y disfrutan de la naturaleza -de acuerdo a diversos estudios- tienen un mayor bienestar psicológico y paz mental. Son teorías y no sabemos del todo las razones, pero conocer a gente en el sur, sin duda es un agrado y siempre te sentirás como en casa.
Vale la pena recordar que en el sur conviven varias culturas: la indígena y la europea, fruto de la colonización española y alemana. Como resultado, hay una mezcla de saberes y cosmovisiones, que se ven reflejadas, por ejemplo, en sus tradiciones, costumbres, gastronomía o artesanía. Incluso en el idioma y sus diferentes dichos.