Si vas a comprar una parcela en nuestros campos Costa Curaco y La Fronda, en Chiloé, debes saber que ambos cuentan con Reglamentos de Copropiedad, que te permitirán vivir con tranquilidad y en armonía con tus vecinos.
Son un conjunto de normas que protegen el entorno natural de la zona y también la estética, lo que te asegura por ejemplo, que puedas vivir rodeado de construcciones acordes a un campo, o estar rodeado de vegetación nativa de la isla, lo que sin duda enriquece el paisaje.
Algunas de las normas que destacan en los reglamentos son: se pueden edificar hasta dos casas por parcela; las construcciones deben ser casas destinadas a habitación, pueden ser máximo de dos pisos, de una altura máxima de edificación de 7 metros, más la techumbre, y cualquier muro debe estar a 6 o más metros del deslinde con tu terreno; los muros de contención no pueden superar los 2 metros; el antejardín debe tener mínimo 10 metros; cada parcela debe tener un área de jardín y forestación predial mínima de 30%; y el pavimento de acceso de cada parcela puede ser de tierra, maicillo o piedra natural colores tierra.
Cabe destacar que los reglamentos de copropiedad son derechos y obligaciones que regulan las relaciones entre los propietarios o residentes de las parcelas, es obligatorio por ley respetarlos y quedan inscritos en escritura pública, en el Conservador de Bienes Raíces.
Hay otras normativas como cerrar los lotes con portones de maderas rectas y del mismo material que no sobrepasen los 1.35 m de altura, tanto hacia calles exteriores como interiores del campo. O que las cercas entre parcelas tengan una altura máxima de 1.50 m, con 100% de transparencia, pero rellenables con vegetación propia de la zona.
Pero más allá de las normas, el llamado es también a contribuir a la preservación del patrimonio medioambiental de Chiloé, con acciones como el tratamiento responsable de residuos, el uso racional del agua, la reforestación de especies que puedan verse afectadas por las construcciones; y el respeto a la flora y fauna del lugar.
